Carta abierta
Estimada comunidad Irade:
Junto con enviarles un afectuoso saludo, me ha parecido pertinente compartirles una pequeña reflexión en el Día Internacional de la Mujer. A todos ustedes, hombres y mujeres, porque los desafíos que tenemos por delante no distinguen géneros.
Mucho hemos avanzando desde que en 1917, Martina Barros firmara en la Revista Chilena una carta solicitando el voto femenino a las autoridades de la época: “¿Qué preparación es esa que tiene el más humilde de los hombres con el solo hecho de serlo y que nosotras no podemos alcanzar?”
Ya quedan pocas esferas vedadas, que cuestionen la preparación o la capacidad de la mujer para aportar en ellas su mirada. En cien años, los cambios se acumulan positivamente permitiendo que mujeres y hombres, unidos, sumemos nuestras habilidades y fuerzas como parte de una misma sociedad. Pero, sin duda, faltan muchos muros por derribar aún. El último informe del INE señala que solo un 48,5% de las mujeres trabaja. ¡Y cuánto impacto positivo genera el empleo femenino!
La situación sigue siendo desigual al contratar seguros de salud, isapres, salarios, créditos hipotecarios. Las barreras culturales siguen siendo la principal causa que impide la mayor participación de mujeres en cargos de toma de decisiones, pese a la evidencia de las capacidades comunicativas del liderazgo femenino, aportando empatía, flexibilidad y visión a largo plazo.
Hoy, cuando la economía más que nunca valora la diversidad, las empresas están llamadas a abrir oportunidades y derribar la discriminación. Es nuestra tarea, en nuestros ámbitos de acción, detectar los prejuicios y quitarles todo poder.
En el Día Internacional de la Mujer, tengo la oportunidad de agradecer a esas primeras mujeres, que como Martina abrieron un camino, y extiendo este saludo a todas aquellas que día a día siguen rompiendo estereotipos, mostrando su talento sin límites, aportando su visión y su esfuerzo a empresas, organizaciones sociales, agencias de gobierno o en sus propios emprendimientos.
Finalmente, invito a los líderes de la Región del Biobío a crear equipos diversos, a ser referentes de un cambio cultural y a tomar en sus manos el desafío de construir una comunidad más igualitaria, justa, con todos y para todos. Los invito a dar un paso más hacia el sueño de la complementariedad, necesaria para el crecimiento de las empresas y de la sociedad.
Un abrazo
Patricia