Quiero partir agradeciendo a cada uno de ustedes la flexibilidad y adaptación pese a toda la adversidad que estamos enfrentando. El tiempo, entusiasmo para cada una de nuestras actividades, en un tremendo espaldarazo para seguir creciendo y encarar mejor los desafíos comunes que tenemos como sector privado.
Hace un año asumí el rol de presidenta de Irade. Lo hice con mucho orgullo y gran sentido de responsabilidad. Ha sido un periodo intenso. Muchas cosas han pasado en los últimos meses. Tantas que hoy enfrentamos un nuevo mundo y sin duda un nuevo Chile.
El estallido social de octubre cambió nuestra agenda abruptamente marcándonos a todos un punto de inflexión.
En Irade rápidamente alzamos la voz. En momento de dolor y polarización nos sentamos con todos. Promovimos la reflexión profunda y la acción. Apoyamos la institucionalidad por sobre todas las cosas e hicimos un llamado a cientos de líderes a adherir a principios trasversales de respeto, democracia y paz.
Tras mucho dialogar reconocemos 2 dimensiones en el estallido social:
Una que reclama mayor inclusión y un Chile más justo. Aquí cabe seguir profundizando en nuestras falencias y el rol de la empresa para aportar a la calidad de vida de nuestros colaboradores, el entorno social y el cuidado del medio ambiente. Las empresas podemos ser un puente social y tenemos la obligación de estar más conectados con ese Chile que por distintas razones se ha quedado abajo del desarrollo.
Pero hay otra dimensión que no nos gusta. La violencia desatada en las calles de nuestro país nos duelen. Fuimos testigos de actos delictuales que atemorizaron a nuestros trabajadores y dañaron el comercio local, afectando el sustento de cientos de familias. Pero aún más doloroso fue la intolerancia vista de parte de todos los sectores de nuestra sociedad.
Chile reclama nuevos acuerdos. Es hora de conversar, dialogar y lograr acuerdos constructivos para todos los trabajadores y empresarios de Chile.
Y en eso estábamos en marzo, hasta que llegó la pandemia. Hoy la crisis por el Covid-19 empieza a mostrar su peor cara y cada día se hace más difícil sostener compañías bajo un contexto de emergencia sanitaria, que prevé un peak de desempleo del 15%.
Y aquí quiero hacer un reconocimiento a cada uno de ustedes por el gran trabajo que han realizado al interior de sus organizaciones para detener el avance de la pandemia. Sin duda el mundo privado ha tomado la delantera y ha puesto la salud y la vida de sus trabajadores por sobre el interés económico.
Para finalizar, nos corresponde además renovar parcialmente nuestro Directorio. Estamos gratamente sorprendido por la gran voluntad y ánimo que impera entre nuestros socios. Sin duda las empresas nos hemos dado cuenta de la relevancia de no trabajar en solitario y lo valioso de participar en estas instancias. Para nosotros es un tremendo impulso que asumimos con entusiasmo y con la firme convicción de la importancia de instituciones como la nuestra.