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ASOCIATIVIDAD, ARTICULACIÓN, CLUSTER, ENCADENAMIENTO PRODUCTIVO Y CAPITAL SOCIAL

ASOCIATIVIDAD, ARTICULACIÓN, CLUSTER, ENCADENAMIENTO PRODUCTIVO Y CAPITAL SOCIAL

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El tema de la integración empresarial entre empresas, y entre ellas y el sector público y la sociedad, ha sido ampliamente estudiado, pero todavía se encuentran definiciones que no son absolutas o universalmente aceptadas. Así aparecen los términos asociatividad empresarial, articulación productiva, integración, redes, cluster, encadenamiento productivo, capital social, entre otros.

Se pretende aquí hacer un compendio de lo que hoy en día muestra la literatura actualizada en estos temas.

Asociatividad
Se entiende por asociatividad aquella organización voluntaria y no remunerada de personas o grupos de personas que establecen un vínculo explícito con el fin de conseguir un objetivo común.

 

Asociatividad empresarial
Se entiende por asociatividad empresarial un mecanismo de cooperación entre empresas, en donde cada empresa participante, manteniendo su independencia jurídica y autonomía general, decide voluntariamente participar en un esfuerzo conjunto con los otros participantes para la búsqueda de un objetivo común. Estos pueden ser coyunturales, como: adquisición de un volumen de materia prima, o generar una relación más estable en el tiempo, como puede ser la investigación y desarrollo de tecnologías para el beneficio común o el acceso al financiamiento que requiere garantías que son cubiertas proporcionalmente por cada uno de los participantes.
La asociatividad es un excelente instrumento para ser utilizado por pequeñas y medianas empresas en su estrategia para enfrentarse a un mercado en amplio crecimiento. Su meta es aunar fuerzas y conformar un bloque poderoso que pueda competir de igual a igual con los grandes operadores.

Articulación
Organizar diversos elementos para lograr un conjunto coherente y eficaz.

Integración
Aunar, fusionar dos o más conceptos, corrientes, etc., divergentes entre sí, en una sola que las sintetice.

Articulación o Integración empresarial
Se entiende por articulación o integración empresarial como la cooperación entre empresas independientes, basada en la complementación de recursos entre diferentes firmas relacionadas y orientadas a lograr ventajas competitivas que no podrían alcanzar en forma individual. Esta articulación o integración puede tener distintas figuras, desde aquellas más abiertas hasta aquellas más jerarquizadas, como:

  1. Redes (clustering) que se refiere a la agrupación natural de las empresas de un determinado sector, a partir de las externalidades favorables que ofrece, por ejemplo, la proximidad geográfica, y que facilita a las empresas compartir información, tecnología, denominaciones de origen, como también el prestigio alcanzado.
  2. La subcontratación, típica forma de articulación vertical, en que una empresa principal encarga a otra(s) la fabricación de algunos componentes de sus productos, la realización de una parte de su producción o en algunos casos, la totalidad de ésta. Se puede incluir también en este grupo los casos de “Spin off” o externalización, en donde una empresa fomenta y apoya la creación de una PYME por parte de sus trabajadores.
  3. El “Joint-Venture”, figura muy común entre grandes empresas, que se da cuando  firmas independientes crean una empresa independiente para el desarrollo de una actividad. Esta empresa realiza sus propios negocios, aunque se coordinen en forma estratégica con los objetivos de las empresas matrices.
  4. Licencias y Franquicias, que permiten la explotación de un producto ya acreditado, una imagen, una tecnología, etc., a cambio de determinadas compensaciones económicas.
  5. Los consorcios. Esta figura se conceptualiza como un grupo de firmas que cooperan para alcanzar objetivos y resultados comunes y preestablecidos. A través del consorcio se consigue compartir la inversión, el riesgo y los beneficios que se obtengan de desarrollar un fin común sin necesidad de crear una empresa con su respectiva personería jurídica.

Cluster
Un cluster es un grupo de compañías y asociaciones interconectadas, las cuales están geográficamente cerca, se desempeñan en un sector de industria similar, y están unidas por una serie de características comunes y complementarias.
Los cluster constituyen comunidades industriales en forma de concentración sectorial y/o geográfica, que forman “círculos virtuosos naturales” alrededor de una actividad de la economía, donde estas comunidades se potencian por la existencia simultánea de una red de productores, proveedores, institutos de formación e investigación, asociaciones gremiales, infraestructuras apropiadas, disponibilidad de instrumentos de fomento, etc.
Para que los cluster se formen debe existir una masa crítica de empresas e instituciones ligadas que genere un entorno de conocimiento mutuo.
Los cluster logran, en forma natural, maximizar la competitividad y los éxitos empresariales aprovechando las oportunidades en las redes y cadenas de valor de los productos.

Encadenamiento productivo
Muchas veces este concepto se asimila al de cluster, sin embargo, su definición más elemental dice que el encadenamiento productivo es “el completo rango de actividades involucradas en el diseño, la producción y el marketing de un producto”. Por lo tanto, el encadenamiento podría ser sólo un subconjunto del cluster.
Desde el enfoque de los cluster, el encadenamiento productivo sería, específicamente, las asociaciones que se generan en la cadena de valor de un producto. De modo que estas pueden ser:

  1. Hacia atrás, lo que depende de factores de demanda, los cuales se relacionan con insumos y factores. Entre los factores fundamentales están los tecnológicos y productivos.
  2. Hacia los lados, lo que dependerá de factores de demanda indirecta y está compuesto por empresas relacionadas con el sector pero que también se relacionan con otros sectores productivos.
  3. Hacia delante, implica la continuidad en la cadena de valor del producto. Esto implica la incorporación de nueva tecnología de I + D que mejora o crea nuevos productos.

Capital social
El capital social se refiere a las instituciones, relaciones y normas que conforman la calidad y cantidad de las interacciones de una sociedad.
Las distintas modalidades de capital social se pueden categorizar en dos dimensiones. La primera entendida como la capacidad de liderazgo específico de un grupo o conglomerado social para aprovechar los valores y recursos favorables al desarrollo. La segunda está representada por la presencia en una sociedad, de redes y agrupaciones que facilitan las relaciones fundamentales en la asociatividad, la solidaridad y la conciencia cívica.
El capital social abarca aquellos rasgos de las organizaciones, instituciones y empresas, como confianza, normas y redes que pueden mejorar la eficiencia de la sociedad, facilitando acciones coordinadas. Se trata de una asociatividad que genera confianza social y lazos de cooperación. Estas relaciones de confianza y cooperación se intensifican cuando se encuentran respaldadas por la vigencia de normas de reciprocidad y contribuyen al bienestar general cuando operan mediante redes de compromiso cívico.
El capital social representa una vinculación entre la sociabilidad cotidiana de la gente y las estructuras macrosociales. Las relaciones de confianza y compromiso cívico crean un capital social que influye de modo significativo en el desarrollo económico y en el desempeño de las instituciones democráticas. Los lazos de confianza y cooperación ayudan a superar los problemas de información y transparencia que enfrentan los actores en el mercado.
¿Cómo se relaciona el capital social con la empresa? Entre otros, se tiene:

  1. A mayor confianza los costos de operación tienden a ser menores, pues no se genera un flujo derrochador de conflicto y negociaciones.
  2. En países con bajo nivel de confianza, el tamaño de las empresas tienden a ser menores, y sobretodo familiares. En el caso contrario se facilita la formación de grandes corporaciones, y éstas normalmente influyen en qué sectores económicos compite el país.
  3. En países de bajo nivel de confianza, sólo el Estado es capaz de formar grandes empresas.

El capital social de una empresa es la capacidad de producir valor a partir de la articulación sinérgica del esfuerzo mancomunado de las personas que constituyen dicha organización en función de la consecución de un proyecto común.
El capital social de una empresa tiene que ver con cuatro aspectos: cantidad y calidad de las relaciones entre los miembros de la organización (capital relacional); los estados de ánimo característicos de la organización (capital ambiental o emocional); la potencia del proyecto común y el alineamiento de las personas con el mismo (capital direccional); y la capacidad de producir valor de las personas, desde sus competencias y voluntades individuales (capital humano).